martes, 24 de enero de 2012

La sabiduría de un maestro...

Este correo llegó a mi vida de una forma muy especial y deseo compartirlo con todos ustedes porque me parece que cuenta con un a gran sabiduría..

Ana Giorgana
                                                                                                                   


  
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Teníamos una clase de Fisiología en la Facultad después de la semana santa. Como la mayoría de los alumnos había viajado, todos estaban ansiosos por contar las novedades a los compañeros y la excitación era general.
Un viejo profesor entró en el salón e inmediatamente percibió que tendría dificultad para conseguir silencio. 
Con gran dosis de paciencia intentó comenzar la clase; ¿tu crees que nos callamos?
Nada!
Con cierto respeto, el profesor volvió a pedir silencio educadamente. No resultó, ignoramos la solicitud y continuamos firmes con la conversación. Ahí fue cuando el viejo profesor perdió la paciencia y nos retó, como nunca ví antes. Mira lo que dijo:
“Presten atención porque voy a decir esto una sola vez”, dijo, levantando la voz.
Un silencio de culpa se instaló en todo el salón.
El profesor continuó:
“Desde que comencé a enseñar, hace ya muchos años, descubrí que nosotros los profesores trabajamos con el 5% de los alumnos de una clase. En todos estos años observé que de cada cien alumnos, apenas cinco son realmente aquellos que hacen alguna diferencia en el futuro, apenas cinco se vuelven profesionales brillantes y contribuyen de forma significativa a mejorar la calidad de vida de las personas.”
“EL otro 95% sirve solo para hacer volumen. Son mediocres y pasan por la vida sin dejar nada útil.”
“Lo interesante es que este porcentaje vale para todo el mundo. Si ustedes prestan atención notarán que de cien profesores, apenas cinco son aquellos que hacen la diferencia; de cien médicos, apenas cinco son excelentes; de cien abogados, apenas cinco son verdaderos profesionales; y podría generalizar más: de cien personas, apenas cinco son verdaderamente especiales.”
“Es una pena muy grande no tener como separar este 5% del resto, pues si eso fuera posible, dejaría apenas los alumnos especiales en este salón y mandaría a los demás afuera; entonces tendría el silencio necesario para dar una buena clase y dormiría tranquilo sabiendo que he invertido en los mejores.”
“Pero desgraciadamente no hay cómo saber cuáles de ustedes son esos alumnos. Solo el tiempo es capaz de mostrar eso. Por lo tanto, tendré que conformarme e intentar dar una buena clase para los alumnos especiales, a pesar del desorden hecho por el resto.”
“Claro que cada uno de ustedes siempre puede elegir a cuál grupo quiere pertenecer. Gracias por la atención y vamos a la clase de hoy.”
No sería preciso decir el silencio que hubo en la clase y el nivel de atención que el profesor consiguió después de aquel discurso. El reto nos tocó a todos, pues el curso tuvo un comportamiento ejemplar en todas las clases de Fisiología durante todo el semestre. A fin de cuentas, ¿a quién le gustaría ser clasificado como “parte del montón”?
Hoy no recuerdo muchas cosas de las clases de Fisiología, pero del reto del profesor nunca más me olvidé. Para mí aquel profesor fue uno del 5% que hicieron la diferencia en mi vida. De hecho, percibí que el tenía razón y, desde entonces, he hecho todo para estar en el grupo del 5%, pero, como dijo él, no hay cómo saber si vamos por buen camino o no, solo el tiempo dirá a qué grupo pertenecemos.
Sin embargo, una cosa es cierta: si no intentamos ser especiales en todo lo que hacemos, si no intentamos hacer todo lo mejor posible, seguramente seremos uno más del montón.
Desconozco el autor

Temas de calidad de vida y desarrollo del potencial humano
www.cecreto.com









Los dimes y diretes en los medios de comunicación...


Periodismo de calidad...


Ana Giorgana




En épocas electorales y no electorales los medios de comunicación se han convertido en el 

escenario perfecto para dar a conocer de manera rápida y por demás masiva todo lo que los 

candidatos a las posiciones electorales hacen, dejan de hacer, van a hace, su vida privada, 

la pública, etcétera.  Claro esto no es privativo del ámbito político, también lo observamos 

en el medio artístico.


Parece que el público y los medios tienen como un acuerdo tácito: "dame más circo y 

entonces te lo proveo", y todos muy contentos de estar observando escenarios que no 

conducen a la construcción de ninguna nación, de las personalidades y de los verdaderos 

problemas nacionales que nos atañen a todos.


Las figuras públicas se encuentran en el ojo del huracán sobre todo acerca de sus 

comportamientos apropiados o inapropiados en su vida privada. La vida privada es y debe 

ser para cada quién.

Las discusiones en lo relativo a sí una persona ha hecho o dejado de hacer con su vida una 

situación u otra no compete, desde mi punto de vista a cuestiones nacionales que si 

merecen la atención, la discusión, las propuestas, el compromiso de todos.


Lamentablemente estamos por ver una serie de noticias que en otro momento fuera del 

escenario electoral no hubieran salido a la luz.

Los medios de comunicación contribuyen, las figuras públicas se prestan, los espectadores se 

regordean repitiendo una y otra vez las mismas escenas que a mi juicio, se encuentran fuera 

de toda proporción de importancia.


Pero al centrarse en las noticias publicitarias de escándalos, perdemos de vista lo más 

importante, el país, miles de pesos gastados en justificaciones vanas y sin sentido.


Ese es México o ese es el ser humano mediático del siglo XXI, ese que no analiza, que no 

profundiza y que solo se encuentra a merced del mercadeo de la publicidad?


En fin solo una reflexión sobre lo que llama mi atención acerca de nuestra vida social y 

comportamiento de los diferentes actores que la componen.