jueves, 31 de mayo de 2012

La Educación no solo es en la información, tiene que ser integral

 
Periodismo de calidad...



Ana Giorgana


Cada día estamos expuestos en los medios de educación a un sinfín de imágenes en 

las que se plasma que es muy importante contar con los medios educativos para que los niños y adolescentes, es decir, las generaciones del futuro cuenten con mejores posibilidades de desarrollo. 

La educación debe estar ubicada en varios temas y rubros, pero parece que se privilegia más la educación intelectual.

En este sentido me parece que la educación tiene que ser formativa e integral. Y cuando me refiero a integral, quiero significar, que el ser humano no solo es  para recibir información recitada por otros que les dicen cómo deben entender los conceptos.

La educación, a mi juicio, tiene que ser experiencial, tiene que pasar por la experiencia para ser entendida, comprendida y asimilada. No es lo mismo decirle al alumnado lo que es un roble, que llevarlo a ver un árbol, tener la experiencia de tocarlo, de conocer la semilla y de saber cuáles son sus tamaños, sus formas, colores y olores.

Esta situación está en relación directa con el conocimiento de las cosas a través de la experiencia y es en lo que psicología se denomina, el aprendizaje sginificativo. Y por supuesto, que es muy importante.

Sin embargo, existe otra educación que tiene que ver con el SER y con aquello que nos constituye como seres humanos, es decirl, la educación sentimiental o lo que se ha dado en llamar la Inteligencia Emocional, la cuál es solo una parte del aprendizaje y de los sentimientos.

La educación sentimiental está en estrecha relación no solo con lo que sentimos, sino con lo que sentimos acerca de nosotros mismos, de lo que nos rodea, del entorno en el que nos desenvolvemos.  Ésta circunstancia que parece ser poco tomada en cuenta, determina la vida de los individuos, de sus actitudes, de éxitos y sus fracasos.

La pareja está en crisis, la familia también dicen algunas personas en la calle y en 

diversos lugares se escucha la misma frase. 

Las crisis son situaciones que se presentan para realizar un cambio en nuestra vida. Aún cuando se dice que vivimos en crisis permanente, entonces quiere decir, que no encontramos los mecanismos adecuados de solución a los problemas que nos atañen.

Y como bien apunta, Enrique Rojas, Psiquiatra español: 
"Requerimos educar la afectividad porque es enseñar a expresar los propios sentimietos buecando lograr un armonía de la personalidad".

Si nuestra personalidad no se encuentra en armonía con nosotros mismos y escondemos la vida afectiva, la reprimimos y simplemente no la tomamos en cuenta, estamos cancelando una parte fundamental en la vida de los seres humanos.

Somos sere eminentemente emocionales y sentimientales. Mediante las emociones nos movemos, nos motivamos, nos relacionamos, realizamos proyectos y también somos capaces de sentirnos valerosos o no en el mundo.

Los adultos tenemos la responsabilidad de educarnos primero en la afectividad para poder dar a los niños y adolescentes la posibilidad de crecer sin tapujos y aceptando que es válido contar con los sentimientos y utilizarlos como una guía de nuestra experiencia.

En mi experiencia he constatado cada día que las personas que llegan a los cursos y talleres no han tenido la oportunidad de ser vistos con todos estos atributos importantes para poder entonces contar:

con un buen autoconcepto.
una autoestima solida.
una identidad propia.

Y por ello los psicólogos y terapeutas nos esforzamos en la psicoeducación qué, a mi juicio, tendría que empezar desde la familia y por supuesto incorporarla en las escuelas como una materia formativa que integre todas y cada una de las áreas del individuo.

En mi libro: Las relaciones padres e hijos un juego de espejos, hablo sobre cómo se forma la personalidad y sus diversos aspectos que permitan contar con una estima y vida afectiva más saludable.

Este tema lo puedes seguir en mi página www.cecreto.com