Desde hace tiempo he venido reflexionando
sobre las conductas adictivas que se muestran, o mejor dicho, que mostramos los
seres humanos en un mundo como el de hoy.
Y, he encontrado un artículo que me ha
esclarecido algunas de estas dudas y pensamientos acerca de ello. Este escrito
se denomina Sociedades
Adictivas.
Un fenómeno que está siendo observado por
todos nosotros. Las adicciones se dan en todos los ordenes de nuestra vida
diaria. La adicción se refiere a un comportamiento: apegado, aficionado,
inclinado a.
La adicción no solo se refiere al abuso de
sustancias sino que engloba una serie de comportamientos obsesivos y
compulsivos en referencia a algo o alguien, del cual no puede prescindir.
Todo comportamiento adictivo está en relación
directa con una necesidad. Dichas necesidades no son necesariamente
apremiantes, por lo tanto, generan ansiedad, irritabilidad y un apego necesario
a tal comportamiento.
En el artículo Sociedades Adictivas, el autor
refiere que se trata de una personalidad insaciable que logra cubrir un vacío
mediante sustancias, cuando este es el caso.
En mi opinión se trata de una voracidad, una
sensación de no poder controlar la vida misma. Nada es suficiente y nada sacia
la necesidad. Por tanto, se requiere más.
El problema de las adicciones es multicausal
existen infinidad de factores que influyen en este tipo de comportamientos. Factores
personales, hereditarios, psicológicos, ambientales y sociales.
Existen en la vida de las personas
circunstancias en las que su adicción se incrementa o se inicia por diversos
factores. Algunas personas toleran grandes niveles de estrés gracias a las
drogas. Al mismo tiempo, la adolescencia parece ser una etapa de la vida
susceptible en el inicio de las adicciones, principalmente, en las de consumo
de substancias.
Pero la sociedad adictiva, la sociedad
moderna, muestra comportamientos compulsivos en diferentes áreas:
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Ejercicio.
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Comida.
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Compras
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Juego
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Relaciones tormentosas.
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Sustancias.
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Redes sociales.
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Celular.
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Internet, etcétera.
Pareciera ser, que nadie se escapa de este
consumismo galopante en todas las áreas de la vida humana.
La sociedad consumista, los medios de
comunicación, las farmacéuticas y todo tipo de productos están a la mano para
nuestro consumo y vivir bajo la ilusión de no tener pena, dolor, ansiedad y
tristeza.
Esta búsqueda del equilibrio y la felicidad
instantánea. Sentirse bien es lo único importante aunque con el tiempo toda
adicción pasa sus facturas.
Los estudiosos del comportamiento no sabemos
bien a bien cuáles serán las consecuencias de esta forma de vivir en una
sociedad adictiva. Pero es evidente que las personalidades cada día carecen de
fortaleza, tolerancia a la frustración, enfoque y metas que se sostengan en el
tiempo.
En este mismo artículo sobre Sociedades
Adictivas el autor magistralmente explica la Teoría del Apego de Bowlby y da la referencia de las teorías analíticas
de Sigmund Freud un valor importante.
Es decir, todo comportamiento del adulto es
necesario que se comprenda desde la esfera de los impactos emocionales desde su
más tierna infancia.
Una adicción es considerada un apego. Una
inclinación excesiva hacia algo o alguien. Según las diversas teorías al
respecto existen diversos tipos de apego, uno de ellos es el ansioso y el otro,
es el seguro.
Por tanto, en estas sociedades ansiosas y con
tendencia a las adicciones, observamos un tipo
de apego ansioso, insaciable.
La ciencia médica también cuenta con una gran
responsabilidad en este tipo de situaciones, ya que las farmacéuticas
representan un poder económico relevante en el consumo de sus productos.
En la consulta observamos que la gran mayoría
de las personas no ha podido consolidar una fase de apego y de seguridad
emocional en su infancia. No conoce la tranquilidad del vínculo, la sensación
de seguridad, y desde mi punto de vista, ahí es donde las adicciones se
insertan con fuerza, tomando en cuenta el negocio del consumo. “La falacia del
bienestar”
Cada individuo es diferente, cada padre y
estilo de crianza son distintos y conforman un estilo propio en cada
individuo. No se trata de “satanizar”
las condiciones de la infancia. Cada familia se organiza como mejor puede en el
momento de formar a sus hijos.
En realidad cada individuo construye su propia
forma de vida de acuerdo a los diferentes factores que componen su existencia
desde muy pequeños.
Es innegable que las condiciones de la vida
social se han modificado. Ahora las familias son más pequeñas, los hijos están
bajo una aguda supervisión por los adultos, además, de que el mundo se ha
tornado riesgoso. La dependencia se incrementa en aras de la seguridad. El apego
se vuelve aún más ansioso desde este punto de vista.
Al mismo tiempo, mi observación se centra en
que la sociedad en la que habitamos está gobernada principalmente por el factor
económico, y este no tiene ética, no cuenta con principios. Así la adicción se
ha convertido en un gran negocio para muchos.
Por ello, es preocupante ver y darnos cuenta
como cada día nuestros niños y adolescentes se embarcan en todo este tipo de
comportamientos, sobretodo, destructivos sin una supervisión o control por los
adultos.
Todos estamos involucrados y todos somos
responsables.
Las sociedades adictivas también alientan el
abuso, la corrupción y el negocio de la experiencia humana.
Mi misión es la calidad de vida emocional.
Ana Giorgana
A mí puedes contactarme a través de
nuestra página de cecreto o de nuestro formulario para terapia en línea.