sábado, 24 de septiembre de 2011

Sociedades Mediáticas

Inicio Puebla
Ana Giorgana
Calidad de vida emocional
Durante décadas y años han existido una serie de estudiosos que vienen apuntando sobre la importancia de poner el acento en los medios de comunicación masiva como formas de estructuración de la vida de los individuos. Estos canales que se ponen al servicio de las masas, implantan de manera inconsciente una serie de valores, imágenes y modelos que se impregnan dentro de la vida de las personas sin mediar reflexión alguna.
La publicidad, el exceso de información y la repetición de la misma en todos los canales, da cuenta de cómo la insistencia y la falta de creatividad y de visión influye en los consumidores de dichos medios. Es verdad, no podemos vivir aislados de los mismos, forman parte de nuestra cultura, de nuestra era y requerimos de su presencia útil en nuestras vidas y formas modernas de existencia.
Los dueños de tales medios conocen muy bien el alcance de los mismos y conceden grandes espacios a lo que les deja un mayor número de ganancias, es cierto, existen porque también la demanda generada es importante.
Así como en nuestra vida diaria somos lo que comemos, por ejemplo, también en materia de información somos lo que permitimos que entre en nuestra psicología, actitudes y de aquello a lo que le damos atención. El mundo entero parece caótico, poco seguro, discordias, economías desbalanceadas, revueltas, narcotráfico, asesinatos y barbarie tras barbarie se exhibe en los medios de comunicación, no importa el canal.
La audencia, en su mayoría, se nutre de miedo, violencia, inseguridad y una sensación de tener que estar “a las vivas” para no ser carne de cañón de algún otro que pase cerca de nosotros. El mundo se ha vuelto inseguro no sólo en los medios sino en el camión, en el coche y hasta en la propia ciudad o mundo en el que nos desenvolvemos.
Giovanni Sartori, en su libro: Hommo Viddens ya lo había apuntado hace algunos años y advierte sobre los riesgos de la sociedad teledirigida. El hombre moderno aprende mediante imágenes que lo llevan a apropiarse de esos retratos que se les muestran sean verídicos o virtuales. No existe una discriminación al respecto. A lo que según este autor el hombre de esta videncia, por decirlo de alguna manera, no piensa, no elabora, no utiliza o ejercita cada vez menos su capacidad de simbolización que es la cualidad del lenguaje. Y así observamos un empobrecimiento del mismo a favor de la imagen.
Sobre la misma línea un autor aún más anterior a Sartori llamado Mc Luhan pone el acento en una serie de premisas que están en relación directa con este tema: somos lo que vemos.
Reflexionando entonces sobre estas dos premisas en las que ahora estamos sumergidos en las imágenes y somos lo que vemos estamos frente al hombre mediático en todos los sentidos.
Los medios de comunicación y multimedia irrumpen sobre la vida de los individuos y los moldean a su gusto de acuerdo también a las tendencias del mercado, no podemos olvidar que estamos inmersos en una sociedad de consumo rampante que trastoca la vida de losx; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
¿Pero quién discrimina? ¿Es fácil ponderar ante tanta información?
La era de la información no quiere decir que sepamos más, que seamos más cultos, que estemos mejor capacitados como seres humanos solamente estamos más informados, pero ahora qué es lo que hacemos con esa información: la meditamos, reflexionamos, la introyectamos, la damos como verdadera, la tomamos como el valor que rige nuestra conducta, qué hacemos con ella es la cuestión.
También es di-size: 13px; line-height: 18px; margin-bottom: 15px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
Veamos por ejemplo el internet no importa qué tipo de información busquemos todas las páginas se han vuelto en escenarios de ventas, de publicidad y su contenido puede ser de una alta calidad, mediocre o incluso falsa.
¿Pero quién discrimina? ¿Es fácil ponderar ante tanta información?
La era de la información no quiere decir que sepamos más, que seamos más cultos, que estemos mejor capacitados como seres humanos solamente estamos más informados, pero ahora qué es lo que hacemos con esa información: la meditamos, reflexionamos, la introyectamos, la damos como verdadera, la tomamos como el valor que rige nuestra conducta, qué hacemos con ella es la cuestión.
También es difícil saber si esa información está manipulada para los fines específicos de un alguien. ¿Cuáles son los intereses que están detrás de esas imágenes, de esas palabras y de ese momento en el que la información sale a la luz?
Eso es lo de menos, lo más significativo es que toda la colectividad se rige por ello y además se constituye en esos valores, personifica los modelos y se mueve y rige su conducta en torno a ello, sin observar la manipulación y lo mediato de la nota.
Pero hacia dónde quiero apuntar con este tipo de reflexiones, en que el hombre actual no piensa, no lee, los libros cada vez son más impresos pero menos leídos; es mejor buscar en la red a alguien que hable sobre el tema sea una autoridad o no, y entonces, damos nuestra opinión a través de un copiar-pegar y damos nuestro sello de garantía, hasta podemos decir que es de nuestra autoría.
El hombre del plagio en materia de conocimiento, de opinión y de identidad. Los seres humanos psicológicamente hablando nos constituimos mediante modelos, ahora éstos están centrados más en los medios de comunicación que en la relación con el otro.
Los jóvenes, por ejemplo, no pueden dejar ni por un minuto sus aparatos telefónicos porque se encuentran aislados de los demás, esos otros a quienes les dicen qué hacen, dónde están, cómo están y para qué están con una deformación del lenguaje importante; además requieren de un sinnúmero de imágenes que hablen sobre sus estados emocionales.
Esos jóvenes de los que hablo son los de la era digital y multimedia que pasan sus días consumiendo su tiempo en socializar a través de aparatos digitales o de entretenimientos que principalmente están enfocados al placer y en su mayoría a las adicciones, principalmente, el alcohol.
Y siguiendo la línea de Sartori sociedades poco claras, individuos con un esquema de personalidad endeble y con baja tolerancia a la frustración.
La ley del menor esfuerzo es su condición y que lejos de crecer como seres humanos en tanto características de abstracción, de simbolización y lenguaje pareciera que vamos en decadencia de lo que verdaderamente nos hace ser seres pensantes y que dan significado a la experiencia.
Al encontrarnos con sociedades mediáticas también el ser humano es así.
Lo que puede ser vigente en sus intereses mañana ya no es tan ponderado.
Reflexiones laxas, percepciones distorsionadas e imágenes de otros muchos que los bombardean con modelos que seguramente son hechizos y que pertenecen a esas cadenas de productoras de deseos y no de realidades.
Todos estamos inmersos en esta vida de la era multimedia, no podemos quedarnos fuera pero sí podemos ir formando y darle sentido a la vida de nuestros jóvenes y niños con el arte, la cultura, la lectura y promocionando todas y cada una de las habilidades del desarrollo humano, como son empatía, comunicación, respeto, civismo, P ' BC^ b2/
z L3 L4 C dad.
Gracias por leerme, mi misión es la calidad de vida emocional.