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domingo, 21 de octubre de 2012

Sociedades Violentas...

Hace algún tiempo he escrito algunas reflexiones sobre la violencia y cómo repercuten en las 

personas y sus relaciones en lo individual...

Ana Giorgana
www.cecreto.com


La violencia parece ser una de las características de las sociedades actuales. Se observa, se vive y se experimenta por doquier. Nadie escapa de ella. Los hombres y las mujeres tienen que estar al acecho, de que otro, no venga a violentar sus derechos, su calma, su productividad, a su familia. Cuidar sus pertenencias y estar muy abusados para que no existen situaciones de abuso del afuera.
Pero también es una realidad que la violencia se puede ver en las formas y modos de comunicación, las imágenes, las noticias, el mundo del espectáculo y de la política da rienda suelta a sus agresiones y violencia frente a otros. Los más poderosos tampoco se escapan de sufrirla. Los diarios se convierten en sus bastiones para dar a conocer las atrocidades de otros, en el mundo de la política es lo usual, y más en épocas electorales.
La violencia tiene consecuencias graves cuando se enfocan como el único medio de relación entre los seres humanos. La violencia externa es difícil controlarla o quitarla de nuestras vidas. Está más allá de nuestras posibilidades de acción.
Cecreto también cuenta con temas sociales 

Pero la violencia interna, la que se gesta en el seno mismo de las familias está destinada a dejar fuertes implicaciones en la vida de quienes la ejercen como de quienes la padecen.
Nadie se considera violento sino que son sus formas y maneras de educar.
Nadie se considera agresivo sino que son las maneras de demostrar cuánto ama a su pareja. Nadie está en condiciones de reconocer su propia violencia y eso es lo más grave, la falta de conciencia frente a las actitudes propias o ajenas matizadas de rudeza, incomprensión, poder y control.
Todo acto de violencia tiene repercusiones. La primera es el descontrol y las fallas en el control de la rabia, de los impulsos que salen en su expresión más bárbara frente a otros que se consideran como menores al que ejerce la violencia.