lunes, 4 de julio de 2011

Las sociedades modernas...


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Calidad de vida emocional

Ana Giorgana


Las sociedades modernas o para algunos teóricos postmodernas es la forma y los estilos de vida que toman lugar en este tipo de formas de organización social.
La vida de los seres humanos se organiza o toma lugar frente a un contexto determinado. La situación geográfica, el clima, la economía, los gobiernos, la familia, las costumbres y las tradiciones, además de la vida personal e individual se ven reflejada y sostenida por la situación social.
Las sociedades modernas son desiguales. Observamos individuos con altos grados académicos y otros que apenas saben leer y escribir. Existen personas que viven en lugares altamente desarrollados, y otras que lo hacen en condiciones paupérrimas y que apenas logran subsistir.
En términos de alimento, algunos están obesos por sus hábitos alimenticios, y otros a penas pueden comer sólo una vez al día, esto por nombrar algunos ejemplos.
Sociedades que marcan claras diferencias entre sus individuos. Algunos con mejores oportunidades que otros.
Es una realidad las sociedades modernas o postmodernas están inmersas en profundas contradicciones, así como en condiciones desiguales.
La gran contradicción es que durante años los hombres y mujeres han trabajado por la igualdad y no hemos llegado al logro de tal ideal; sin embargo, más allá de lo que una sociedad tenga como ideal, hoy vemos la inclusión de las diferencias.
Grupos minoritarios alzan la voz para ser reconocidos como ciudadanos y además ser incluidos en una sociedad que no los discrimine, entre ellos están las marchas por el orgullo gay, así como los jóvenes que imponen una moda y forma de vestir para ser vistos y escuchados, entre ellos se nombran como emos, darks o góticos.
Es una época en la que el individualismo se dibuja como un estilo de vida. Todos queremos ser incluidos pero también ser diferentes.
Sociedades cada vez más inmersas en la era digital, todos los medios de comunicación, como dicen algunos expertos: “nos acercan a los lejanos y nos alejan de los cercanos”. Las famosas Blackberry, cuyo furor en los jóvenes y no tanto está a la orden del día. Individuos muy conectados del mundo, pero totalmente desconectados de la cercanía, de la intimidad.
Estas sociedades forman individuos personalistas. Cada persona, sobre todo en las ciudades, cuenta con su teléfono personal, con su computadora, con su televisión, su coche y todo lo que tenga que ver con su desempeño es de carácter personal. No tenemos que compartir nada porque todo es único y para una sola persona. En términos de adelantos multimedia y la nano tecnología realmente es sorprendente lo que se ha logrado.
Por supuesto que de lo que aquí se habla es sobre el impacto que esas condiciones de vida tiene sobre las emociones y la psicología del ser humano. No se trata de una cuestión moral, sino de la clase de individuos que constituye este tipo de organizaciones y de la evolución de las sociedades.
En general son personas egoístas y no llenas de egoísmo, porque ven para su beneficio y trabajan en ello. Con baja tolerancia a la frustración, los procesos y sus demandas tienen que cumplirse de manera rápida e inmediata. La espera los frustra, los enoja y cuentan con posibilidades muy deficientes en lo que a tolerancia a la demora se refiere.
Es decir, se puede tenerlo todo con tan solo un click. También es factible gozar de aquellos objetos que necesitamos con “el poder de su firma”, aún cuando las personas se enganchen años pagando tarjetas de crédito, eso no importa, lo que es apremiante es gozar de un beneficio inmediato.
Por otra parte, los medios de comunicación son quienes bombardean con imágenes, necesidades, tragedias, sociedades convulsionadas, revueltas y una madre naturaleza que arremete con toda su furia llevándose a su paso todo lo que se ha construido.
En fin, sociedades generadoras de ansiedad, de estrés, de emociones descontroladas, de irritabilidad, de prisas, de compromisos que cumplir. Jóvenes que demandan una mejor educación. Ancianos que requieren de cuidados y de pensiones. Mujeres que requieren encontrar mejores oportunidades para dar a sus familias una mejor calidad de vida. Hombre y mujeres que dejan sus hogares y migran para contar con otras oportunidades.
Familias que se transforman día a día. Hijos que viven con un solo padre. Abuelos criando a los nietos mientras los hijos trabajan. Familias ensambladas. Hijos que viven con hermanos de dos o tres parejas. Una composición familiar diversa y con sus dinámicas propias.
El advenimiento de tecnologías cada vez más sofisticadas y que obligan a cambios constantes y diarios en la manera de vivir de los seres humanos. Sin embargo, y esta es la cuestión a la que quiero enfocarme en unas cuantas palabras:
Las sociedades modernas están conformadas por seres humanos que biológica y psicológicamente pertenecen a la edad de piedra, es decir, hemos adelantado y complicada aún más la forma compleja de lo que un ser humano es o puede ser. La naturaleza humana es inalterable aunque estemos en la era de la nano tecnología:
– El tiempo de gestación es igual que el de nuestros ancestros.
– Nacemos más o menos al mismo tiempo que el primer hombre en la Tierra.
– Caminamos y hablamos en los tiempos que la madurez lo dicta. Ni un día más ni un día menos.
– Aprendemos a escribir al mismo tiempo que seres de otras épocas.
– Somos capaces de reproducirnos de acuerdo a nuestra madurez biológica y sexual.
Nada altera el desarrollo de la especie, sólo la prisa por querer ir en una carrera de sociedades modernas que imponen el paso, la tensión, el tener, el hacer y la competencia.
En la naturaleza humana todo es un proceso de desarrollo que no está sujeta a los caprichos de la tecnología y la civilización, siempre impone su ley.
Las sociedades modernas además de formar seres individualistas son sociedades de multitudes. Por fin, ¿o somos únicos o somos un montón?
Gracias por leerme, mi misión es la calidad de vida emocional y su impacto en lo social.