Periodismo de calidad...
Ana Giorgana
En épocas electorales y no electorales los medios de comunicación se han convertido en el
escenario perfecto para dar a conocer de manera rápida y por demás masiva todo lo que los
candidatos a las posiciones electorales hacen, dejan de hacer, van a hace, su vida privada,
la pública, etcétera. Claro esto no es privativo del ámbito político, también lo observamos
en el medio artístico.
Parece que el público y los medios tienen como un acuerdo tácito: "dame más circo y
entonces te lo proveo", y todos muy contentos de estar observando escenarios que no
conducen a la construcción de ninguna nación, de las personalidades y de los verdaderos
problemas nacionales que nos atañen a todos.
Las figuras públicas se encuentran en el ojo del huracán sobre todo acerca de sus
comportamientos apropiados o inapropiados en su vida privada. La vida privada es y debe
ser para cada quién.
Las discusiones en lo relativo a sí una persona ha hecho o dejado de hacer con su vida una
situación u otra no compete, desde mi punto de vista a cuestiones nacionales que si
merecen la atención, la discusión, las propuestas, el compromiso de todos.
Lamentablemente estamos por ver una serie de noticias que en otro momento fuera del
escenario electoral no hubieran salido a la luz.
Los medios de comunicación contribuyen, las figuras públicas se prestan, los espectadores se
regordean repitiendo una y otra vez las mismas escenas que a mi juicio, se encuentran fuera
de toda proporción de importancia.
Pero al centrarse en las noticias publicitarias de escándalos, perdemos de vista lo más
importante, el país, miles de pesos gastados en justificaciones vanas y sin sentido.
Ese es México o ese es el ser humano mediático del siglo XXI, ese que no analiza, que no
profundiza y que solo se encuentra a merced del mercadeo de la publicidad?
En fin solo una reflexión sobre lo que llama mi atención acerca de nuestra vida social y
comportamiento de los diferentes actores que la componen.